domingo, 12 de agosto de 2012

OCASO DEL SPACE SHUTTLE

Córdoba, 19 de Julio de 2.011
Decía el genial Albert Einstein: “Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad”. Ésta es la que ha tenido la humanidad para emprender la conquista del espacio.

Cuando aterrice el Transbordador Espacial Atlantis, de regreso de su última misión al espacio, en la pista de Cabo Cañaveral, finalizará el programa “Space Shuttle” , se habrán cumplido 42 años de la llegada del hombre a la Luna y 50 años de la primera puesta en órbita terrestre de un astronauta.




Han sido unos años esenciales en la planificación, diseño, desarrollo y construcción de los artefactos más complicados jamás construidos por ésta inquietante civilización, con el fin de poder salir de la Tierra y alcanzar el Espacio infinito. Y con la consiguiente repercusión sobre la Ciencia, haciéndola avanzar de manera exponencial. Baste recordar brevemente aquí, algunos logros que hoy nos resultan familiares, pero que sin la carrera
espacial, hubieran sido imposibles: telecomunicaciones vía satélite de TV ó Radio, telefonía móvil, GPS, sistemas de radares de navegación aérea, sistemas de defensa, etc. Pero también ha afectado a otras ramas de la ciencia: Astronomía, Física, Química, Medicina, Astrofísica, etc. Donde se han dado también avances fundamentales para el mejor conocimiento de todas ellas.



Tras el proyecto Apolo, la NASA, decidió la construcción de un vehículo reutilizable capaz de transportar un mayor número de astronautas, hasta siete por nave, así como dotarle de una bodega de carga, con capacidad para transportar 24 toneladas de material, que sirviera para poner satélites en órbita, reparar en vuelo otros, ó traerlos de regreso a la Tierra. Y con el tiempo, dedicarse a la más importante de sus misiones: el transporte de los módulos necesarios, para la construcción de la Estación Espacial Internacional (ISS).


 Para ello se construyeron 5 lanzaderas gemelas, con la novedad de
que, aunque se lanzaban en vertical como los precedentes cohetes Saturno, al regreso a la Tierra, aterrizaban como un avión convencional, con la mejora en la comodidad para los tripulantes. Sus nombres: Columbia, Challenger, Discovery, Atlantis y Endeavour. No ha sido fácil el camino, lo peor, la pérdida de vidas humanas en el empeño, siete en el Challenger y siete en el Columbia. Siempre hay tragedias en cualquier actividad humana. Como decía Julio Verne: “La Ciencia se compone de errores, que a su vez, son los pasos hacia la verdad”.


 Pero el legado del programa Space Shuttle ha sido inmenso y el esfuerzo de miles de personas, cientos de empresas, corporaciones, laboratorios, universidades y otras entidades, no ha caído en saco roto. La importantísima
colaboración de Rusia, Canadá, Japón y Europa con la ESA, donde España ha
participado enviando a Pedro Duque, ha sido esencial.


 Uno de sus grandes logros ha sido la puesta en órbita del Telecopio Espacial Hubble, que ha revolucionado con sus imágenes la Astronomía. La humanidad conoce ahora mucho mejor el mundo y el universo. Cuestión fundamental para su futuro desarrollo.



Al margen, también tenemos sondas que ya han traspasado nuestro sistema solar, como las Voyager, que en su camino nos han enviado asombrosas y clarificadoras imágenes de los satélites de Júpiter y Saturno Y los satélites y rovers en el planeta Marte, que han servido para trazar el mapa geológico del mismo con impresionante calidad.
Pronto, el Mars Science Laboratory, nos desvelará el gran misterio, de si hay ó hubo alguna vez vida en el planeta rojo. Y otros muchos ingenios surcan ahora mismo el espacio en busca de respuestas. Porque somos así, curiosos de nacimiento.
Ahora, vienen tiempos de grandes cambios, nuevas naves ya han sido diseñadas para llegar aún más lejos y mucho más rápido. Con el desarrollo de los motores de Plasma se incrementarán las velocidades de viaje hasta en cinco veces más. Empresas privadas viajarán al espacio con total normalidad, como si fueran aviones comerciales. Y la humanidad, dará saltos aún más importantes. Esperemos que sea para beneficio de todos. Como ha dicho el Director de la NASA, el ex -astronauta Michael Bolden “el fracaso no es una opción”.
Alberto Jurado Aragonés